Todo partió en 2014. Fue mi primer viaje a China y el destino fue Shanghái. Llena de prejuicios me subí al avión, para cruzar por primera vez el Atlántico…sustito. Por suerte me fui con compañeritos de trabajo y todo el temor se convirtió en risas y anécdotas.
Shanghái me permitió comenzar a conocer a mis amigos los chinos. Pude subir a una de las torres más altas del mundo, visité un hermoso mercado tradicional donde puedes encontrar literalmente de todo. Fue mi primer acercamiento a los “copy market” y conocí el español de los comerciantes locales: “balato amiga“, “amiga tacaña”. Y aprendí que para carretear en Asia, hay que producirse como para un matrimonio chileno. El jean y tacos, no sirve. Y si vas de pantalones cortos te pasan ropa para que no “desentones”.
El 2015, fui a Beijing. Una ciudad más tradicional, con increíbles templos y parque milenarios.
El 2016 volví a Beijing, pude cumplir sueños que no sabía que tenía. Conocí la Muralla China y vi en ella reflejado el nombre de Chile. Creo que lloré un poquito ese día. Fui a la Ciudad Prohibida y sentí que en cualquier momento llegaba el Séptimo Emperador. Me encanta ir a lugares donde puedo reconocer las películas que he visto.
Ese año también conocí Guangzhou o Cantón, una extensa ciudad portuaria al noroeste de Hong Kong en el río de las Perlas, lugar donde hicimos una hermosa promoción junto a importantes autoridades chilenas y chinas.
En 2017, fue una maratón en China: Beijing, Chengdú, Guangzhou, Hong Kong, Wuhan. Fui a un parque reserva de Pandas y celebré mis 33 en Hong Kong, en un barco y mirando el show de luces. Para que más top!
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Los 33 en Hong Kong |
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Chile Week en la Muralla China, Beijing |
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Pandas en Chengdú |
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La torre más alta en Shanghái |
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Templo milenario en Beijing |
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